Qué dice la biblia en momentos dificiles?

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¿Qué versiculo leer en momentos de angustia?

Versos para tiempos de angustia y dolor

Salmos 9:9. Tú, Señor, eres el refugio de los pobres.
Salmos 18:2. Mi Señor y Dios, tú eres mi roca, mi defensor, ¡mi libertador! …
Salmos 22:24. …
Salmos 23. …
Salmos 71:20-21. …
Salmos 91:9-10. …
Salmos 116:5-7. …
Salmos 121: 1,2.

¿Qué dice la Biblia sobre la fortaleza?

Éxodo 15:2

Jehová es mi fortaleza y mi cántico, y ha sido mi salvación; este es mi Dios, y a él alabaré; Dios de mi padre, y a él ensalzaré.

¿Qué dice la Biblia acerca de la angustia?

La angustia es un estado de inquietud y nerviosismo muy intenso, producido por algo molesto o por la amenaza de una tragedia o peligro. … La Biblia dice: â€œUn compañero verdadero ama en todo tiempo, y es un hermano nacido para cuando hay angustiaâ€ (Proverbios 17:17).

¿Que leer en la Biblia cuando alguien muere?

(1 Corintios 15:26)Y el último enemigo, la muerte, será destruido. (Isaías 25:8) Él eliminará la muerte para siempre, y el Señor Soberano Jehová secará las lágrimas de todos los rostros. Quitará de toda la tierra la deshonra de su pueblo, porque Jehová mismo lo ha dicho.

¿Qué hacer si se pierde la fe?

“Siento que estoy perdiendo la fe, ¿qué puedo hacer para…

Recurre a las Escrituras. Cuando tengo dificultades para sentir el Espíritu, algo que me ayuda es recurrir a las Escrituras y ver la fe que todos tienen. …
Nutre la semilla de fe. …
Resuélvanlo juntos. …
Pregunta a tus padres. …
Ora, habla de ello y lee.

ES INTERESANTE: Qué es el ecumenismo según la Biblia?

¿Cuál es la fortaleza espiritual?

La fortaleza espiritual es la reserva de valentía que cada uno tiene dentro de su corazón. Y hay que ejercitarla, pues ella nos ayuda a seguir adelante; sobre todo en la adversidad.

¿Cuál es el don de la fortaleza?

El don de fortaleza encuentra en las dificultades unas condiciones excepcionales para crecer y afianzarse, si en estas situaciones sabemos estar junto al Señor. … Este don se obtiene siendo humildes –aceptando la propia flaqueza– y acudiendo al Señor en la oración y en los sacramentos.