¿Qué cosas hizo Jesús por nosotros?
¿Qué más ha hecho nuestro Salvador Jesucristo por nosotros? Jesús nos enseñó el Plan de Salvación por medio de las enseñanzas de Sus profetas y mediante Su ministerio personal. Ese plan incluye la Creación, el propósito de la vida, la necesidad de la oposición y el don del albedrío.
¿Qué hizo Jesús por amor?
A lo largo de Su ministerio terrenal, Jesús mostró el amor que tenía por los demás cuando bendecía y servía a los pobres, los enfermos y los afligidos. Les dijo a Sus discípulos: “Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado” (Juan 15:12; véase también Juan 13:34–35; Moroni 7:46–48).
¿Qué significa realmente seguir a Cristo?
Seguir a Jesús, es y será siempre transformador. Encontrarse con el Jesús de los evangelios y de la vida cotidiana, nos sacude, nos desafía, nos alienta, nos invade de amor y paz, nos levanta de nuestras caídas, nos envía a servir a los sin rumbo, a los desposeídos, a los marginados de la sociedad.
¿Cómo lo recibe el pueblo a Jesús?
En Mateo 21: 1-11 , Marcos 11: 1-11 , Lucas 19: 28-44 y Juan 12: 12-19, Jesús desciende del Monte de los Olivos hacia Jerusalén, y las multitudes ponen sus ropas en el suelo para darle la bienvenida y entra triunfalmente en Jerusalén.
¿Cuál es el acto de amor más grande de Jesús?
Jesús “nos amó hasta el fin”, hasta el propio límite del amor: la cruz. Este amor debe provenir del interior, de nuestra unión con Cristo. Amar debe ser tan normal para nosotros como vivir y respirar, días tras día hasta nuestra muerte.
¿Por qué vale la pena seguir a Jesús?
“Vale la pena seguir a Cristo. Seguir a Jesús es una aventura apasionante, que llena nuestra vida de sentido, que nos hace sentir parte de una comunidad que nos anima y nos acompaña, que nos compromete a servir”, aseveró Francisco.
¿Cuál es el ejemplo que nos dejó Jesús?
Resumen del ejemplo de Cristo: “Amarás al Señor tu Dios de todo el corazón, de toda tu fuerza, con toda tu mente, con toda tu alma, y al prójimo como a tí mismo. Todo es de gracia. … En su propósito de hacer la voluntad de Dios sobre de todas las cosas.