¿Cuál fue la primera sanidad de Jesús?
«Cuando Jesús bajó del monte, lo fue siguiendo una gran muchedumbre. Entonces se le acercó un leproso, y se arrodilló ante él diciéndole: “Señor, si quieres puedes limpiarme”. Jesús ex- tendió la mano, lo tocó y le dijo: “Quiero, queda limpio”. Y al instante quedó limpio de su lepra.
¿Qué le dijo Jesús a los leprosos?
Un día, un hombre que tenía una dolorosa enfermedad de la piel, llamada lepra, acudió a Jesús. … Jesús tocó al leproso y dijo: “… sé limpio” (Marcos 1:41). Tan pronto como Jesús hubo hablado, el hombre fue sanado.
¿Cuántos leprosos sano Jesús?
Cuando se dirigían a ver a los sacerdotes, los diez leprosos fueron sanados. Las llagas habían desaparecido. Uno de los leprosos sabía que Jesús los había sanado, y regresó a darle las gracias. Jesús preguntó dónde estaban los otros nueve leprosos.
¿Qué le dice Jesús al leproso cuándo se arrodilla?
(Num 12,1-16) Jesucristo, puede curar la lepra porque es el Hijo de Dios. Así lo entiende el leproso, que se arrodilla ante Jesús con esta súplica llena de humildad y de confianza: Si quieres, puedes limpiarme.
¿Cuáles fueron las sanidades de Jesús?
¿Cuáles son los milagros más famosos atribuidos a Jesús?
- Convertir el agua en vino (Juan 2:1-12)
- La multiplicación de los panes y peces (Mateo 14: 13-21) …
- Caminar sobre el agua (Mateo 14: 22-27). …
- Jesús calma la tempestad (Mateo 8: 23-27) …
- La resurrección de Lázaro (Juan 11: 38-44) …
- Sanó a un leproso (Mateo 8: 1-4)
¿Cuál fue el primer milagro de Jesús cuando era niño?
Este pasaje describe el primer milagro realizado por Jesús, el cual tuvo por marco una boda en Caná de Galilea a la que también asistían su madre y sus discípulos. En un momento dado faltó vino, por lo que María dijo a los sirvientes que hicieran lo que Jesús dijera.
¿Cuál era la ofrenda de los leprosos?
Levítico 14:4–32 explica que al leproso se le requería llevar al sacerdote dos avecillas, tres corderos, harina y aceite como ofrendas al Señor.
¿Cómo curo Dios al leproso?
«Habiendo bajado Jesús del monte le fue siguiendo una gran muchedumbre de gentes y en esto viniendo a él un leproso lo adoraba diciendo Señor si tú quieres puedes limpiarme y Jesús extendiendo la mano le dijo: quiero, queda limpio y al instante quedó curado de su lepra.»